Nuestros pequeños carmelitas de 3 años ya han terminado el periodo de adaptación y el lunes empezarán con el horario normal. En general este periodo ha ido bastante bien, a continuación enseñamos algunos momentos vividos durante estos días, pero antes os queremos explicar qué es este periodo de adaptación.
Es el tiempo que transcurre desde que el niño/a llega por primera vez a la escuela hasta que ya se desenvuelve con normalidad dentro de ella.
Desde el punto de vista pedagógico, adquiere de gran importancia la separación del hogar que el niño/a va a vivir al incorporarse a la escuela, por lo que consideramos fundamental el periodo de adaptación, ya que su actitud ante la escuela, ante las relaciones sociales, ante los aprendizajes a lo largo de toda la escolarización, va a depender de cómo asimile este proceso, positiva o negativamente.
De ahí la necesidad de organizar un adecuado periodo de adaptación para que la entrada a la escuela por primera vez sea lo menos traumática posible, ya que en algunos casos es la primera separación que se produce entre el niño/a y la familia.
En dicho periodo es muy necesaria la colaboración de los padres, ya que la adaptación de su hijo/a, viene determinado en gran medida, porque asuman la separación; sus temores, expectativas, ansiedad, su seguridad o inseguridad y su grado de confianza en las posibilidades del niño y en las garantías del centro, ya que todos sus temores pueden ser transmitidos a través de diversas manifestaciones y a su vez captados por sus hijos/as.
La escuela supone una oportunidad para crecer y madurar, para afirmarse en su propia identidad e iniciar, de este modo, el conocimiento y la adaptación al mundo exterior.
El niño/a tiene que ser capaz de asimilar los cambios que supone esta nueva actividad en su vida cotidiana y por tanto es normal que se presente como un proceso irregular donde podremos observar avances, retrocesos y sentimientos contradictorios de aceptación y rechazo. Igualmente pueden aparecer regresiones y síntomas diversos.
Para que este proceso se lleve a cabo de manera adecuada es importante mantener una actitud abierta y receptiva, atendiendo a los distintos ritmos de los niños/as. Siendo necesario una atención individualizada, reforzando la confianza del niño/a en sí mismo y potenciando su autoestima de modo que progresivamente vaya adquiriendo seguridad en sus propias capacidades y en el entorno que le rodea.
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