LA IMPORTANCIA DEL JUEGO
SIMBÓLICO
Antes de entrar en
materia es importante saber que entendemos por “símbolo” para entender que
tanto de “esto” hay en el juego de los niños.
¿Qué es un símbolo? Vendría
a ser un código, que emplean todos los seres humanos, universal por tanto a
todas las razas y culturas, para poder expresar todo lo que ocupa en la psique.
El lenguaje sería un código para expresarnos. Y aunque lenguajes y códigos
encontramos de lo más variado a lo largo de la historia desde las pinturas rupestres
y jeroglíficos hasta la actualidad, lo común en todos ellos es la necesidad de
compartir con el otro, de expresar lo propio.
El niño, aunque sea muy
pequeño, también tiene psique y también es un ser humano, por lo tanto también es capaz de simbolizar y de emplear códigos. Simbolizar vendría a ser
“poner palabras” a aquello que nos ocurre a las personas, poder hablar de ello.
Pero nos encontramos con
que un niño, o una niña, no pueden expresar con palabras todo lo que les
ocurre, bien porque todavía no pueden hablar (por edad), bien porque aquello
que van a expresar es complejo, o doloroso, y no encuentran el modo de hacerlo.
Bien, lo bueno del código es que hay más modos de expresarlo. Si a ese niño que
le preguntabas, “¿qué te ocurre?” y era incapaz de contestar, al ofrecerle
dibujar o bailar, empiezan a expresar con su cuerpo la emoción que les
embargaba.
El mundo emocional, es
complicado para el adulto, ni que decir para los niños que el mundo entero en
sí les resulta tan brumador, ya que todo es nuevo para ellos, y su tarea, en
estos primeros años de vida no es otra que conocerlo: “El juego creativo
permite a los niños conocer el mundo y éste es el trabajo de la primera
infancia – Rahima Baldwin Dancy”.
Entendemos el juego
entonces como una herramienta esencial para trabajar con niños, y la
herramienta fundamental para que el niño pueda acercarse al mundo sin sentirse invadido
por él.
Comúnmente el juego
simbólico se destina a los juegos de
médicos, mamas y papas, profesores, etc. Este juego simbólico consiste en el
que el niño adopta roles adultos y los juega, los teatraliza, para
comprenderlos, para experimentarlos, y también para imitarlos.
Por ejemplo, en el juego
de bebés nos encontramos con que “Juan” ha sido castigado por papá por saltar
en el sofá. “¡En el sofá no se salta Juan!”. Juan llora, de tristeza y de
rabia. No ha podido salirse con la suya,
así que se va a la habitación donde tiene sus juguetes, y coge al bebé,
lo lava, lo besa, le da de comer…. Pero de repente el bebé hace algo mal, así que
Juan le castigará igual que su papa hizo con él, o la profe del cole, o la
mama… diciéndole eso de: “¡¡Muy Mal!!”.
En este ejemplo el niño
puede reñir al bebé y castigarle, volcando en ese bebé de trapo su frustración
por no haberse salido con la suya anteriormente. De este modo está aceptando
las normas y expresa su frustración sin hacerse daño a sí mismo ni a los que le
rodean, la expresa desde el juego. El niño no sufre jugando a que sus papas le
riñeron, está disfrutando y riéndose. Está experimentando como se siente uno
cuando riñe y cuando es reñido.
“Diana” tiene miedo terrible a ir al médico, cada vez que le toca la vacuna lo pasa fatal. Y no hablemos de sus padres que a veces no pueden ni sujetarla, ni calmarla. Jugar a los médicos puede enseñarle a Diana, que aunque la vacuna hace daño, el médico lo hace por su bien, es su trabajo, cuidar de los niños enfermos, curarles, y sus papas también, para que esté sana y pueda seguir jugando. Además, también hay médicos para los animales. Por supuesto Diana aprovechará para conocer el cuerpo humano, el esquema corporal, y porque no, para “vengarse con el muñeco” del dolor que sintió y pincharle a este como lo hicieron con ella.
Como decía antes, también el juego simbólico está en niños que no pueden hablar. Que todavía no hablan, porque no han aprendido a hacerlo. El psicoanalista Sigmund Freud, observaba como su nieto lanzaba un carretel y lo atraía hacia así repetidamente. Dedujo que cuando el carretel se iba y su nieto decía “Fort” (que quiere decir lejos en alemán), simbolizaba la marcha de su madre al trabajo, su ausencia, y cuando lo atraía de nuevo hacia si diciendo “Da” (que significa aquí en alemán) representaba el reencuentro. ¿Pero acaso no habéis jugado a esto del “Fort-Da”en casa por puro instinto? Supongo que conoceréis los juegos de lanzar el objeto y recogerlo, el juego del cucú-tras, construir la torre y destruirla… Este es un juego universal, no importa la modalidad, ya que lo que simboliza también es universal, los niños, jugando a este juego juegan a la separación, a la despedida.
Así que ya sabéis, cualquier juego del niño puede ser simbólico, no solo el de los médicos, o el de los papas y bebés, y es bueno para ellos que así sea, pues el juego conlleva en sí mismo una característica importantísima que es la de expresar aquello que sucede, desde la diversión.
Recordar que el juego siempre debe ser divertido, lo suelen escoger ellos mismos, y al jugar se divierten, aprenden, expresan, crean, imaginan, imitan…
No hay nada más serio
para un niño que el juego. Es más, si lo pensamos bien…. Los niños lo hacen
todo jugando.
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