domingo, 20 de marzo de 2016

EL JUEGO SIMBÓLICO (PAULA MARÍN GARCÍA)

                                       LA IMPORTANCIA DEL JUEGO SIMBÓLICO

Antes de entrar en materia es importante saber que entendemos por “símbolo” para entender que tanto de “esto” hay en el juego de los niños.
¿Qué es un símbolo? Vendría a ser un código, que emplean todos los seres humanos, universal por tanto a todas las razas y culturas, para poder expresar todo lo que ocupa en la psique. El lenguaje sería un código para expresarnos. Y aunque lenguajes y códigos encontramos de lo más variado a lo largo de la historia desde las pinturas rupestres y jeroglíficos hasta la actualidad, lo común en todos ellos es la necesidad de compartir con el otro, de expresar lo propio.

El niño, aunque sea muy pequeño, también tiene psique y también es un ser humano, por lo tanto también es capaz de simbolizar y de emplear códigos. Simbolizar vendría a ser “poner palabras” a aquello que nos ocurre a las personas, poder hablar de ello.

Pero nos encontramos con que un niño, o una niña, no pueden expresar con palabras todo lo que les ocurre, bien porque todavía no pueden hablar (por edad), bien porque aquello que van a expresar es complejo, o doloroso, y no encuentran el modo de hacerlo. Bien, lo bueno del código es que hay más modos de expresarlo. Si a ese niño que le preguntabas, “¿qué te ocurre?” y era incapaz de contestar, al ofrecerle dibujar o bailar, empiezan a expresar con su cuerpo la emoción que les embargaba.

El mundo emocional, es complicado para el adulto, ni que decir para los niños que el mundo entero en sí les resulta tan brumador, ya que todo es nuevo para ellos, y su tarea, en estos primeros años de vida no es otra que conocerlo: “El juego creativo permite a los niños conocer el mundo y éste es el trabajo de la primera infancia – Rahima Baldwin Dancy”.

Entendemos el juego entonces como una herramienta esencial para trabajar con niños, y la herramienta fundamental para que el niño pueda acercarse al mundo sin sentirse invadido por él.


Todo es nuevo para ellos, como decíamos, pero no todo es agradable, ni todo es comprensible, pero el juego siempre lo es. Un juego siempre es divertido, desdramatiza la situación, y sirve para aprender, experimentar, expresar… Entiendo por juego cualquier actividad que divierte al niño y sirve para que exprese sus emociones y lo que le ocurre en su día a día: incluyendo así sus dibujos, la música, el baile, los cuentos…

Comúnmente el juego simbólico se  destina a los juegos de médicos, mamas y papas, profesores, etc. Este juego simbólico consiste en el que el niño adopta roles adultos y los juega, los teatraliza, para comprenderlos, para experimentarlos, y también para imitarlos.
Por ejemplo, en el juego de bebés nos encontramos con que “Juan” ha sido castigado por papá por saltar en el sofá. “¡En el sofá no se salta Juan!”. Juan llora, de tristeza y de rabia. No ha podido salirse con la suya,  así que se va a la habitación donde tiene sus juguetes, y coge al bebé, lo lava, lo besa, le da de comer…. Pero de repente el bebé hace algo mal, así que Juan le castigará igual que su papa hizo con él, o la profe del cole, o la mama… diciéndole eso de: “¡¡Muy Mal!!”.
En este ejemplo el niño puede reñir al bebé y castigarle, volcando en ese bebé de trapo su frustración por no haberse salido con la suya anteriormente. De este modo está aceptando las normas y expresa su frustración sin hacerse daño a sí mismo ni a los que le rodean, la expresa desde el juego. El niño no sufre jugando a que sus papas le riñeron, está disfrutando y riéndose. Está experimentando como se siente uno cuando riñe y cuando es reñido.

“Diana” tiene miedo terrible a ir al médico, cada vez que le toca la vacuna lo pasa fatal. Y no hablemos de sus padres que a veces no pueden ni sujetarla, ni calmarla. Jugar a los médicos puede enseñarle a Diana, que aunque la vacuna hace daño, el médico lo hace por su bien, es su trabajo, cuidar de los niños enfermos, curarles, y sus papas también, para que esté sana y pueda seguir jugando. Además, también hay médicos para los animales. Por supuesto Diana aprovechará para conocer el cuerpo humano, el esquema corporal, y porque no, para “vengarse con el muñeco” del dolor que sintió y pincharle a este como lo hicieron con ella.


Pero hay muchos más ejemplos, me estoy acordando de una amiga, hablando con su hijo, que estaba profundamente enfadado por algo que sucedió en el cole con sus amigos, incapaz de contarlo, y la madre preocupada por él. El niño, que no podía ni quería hablar de ello, si pudo cantar, e inventó una canción en la que la letra explicaba con todo lujo de detalles lo que había ocurrido. Esto también sería simbolizar.

Como decía antes, también el juego simbólico está en niños que no pueden hablar. Que todavía no hablan, porque no han aprendido a hacerlo. El psicoanalista Sigmund Freud, observaba como su nieto lanzaba un carretel y lo atraía hacia así repetidamente. Dedujo que cuando el carretel se iba y su nieto decía “Fort” (que quiere decir lejos en alemán), simbolizaba la marcha de su madre al trabajo, su ausencia, y cuando lo atraía de nuevo hacia si diciendo “Da” (que significa aquí en alemán) representaba el reencuentro. ¿Pero acaso no habéis jugado a esto del “Fort-Da”en casa por puro instinto? Supongo que conoceréis los juegos de lanzar el objeto y recogerlo, el juego del cucú-tras, construir la torre y destruirla… Este es un juego universal, no importa la modalidad, ya que lo que simboliza también es universal, los niños, jugando a este juego juegan a la separación, a la despedida. 



Todos los niños, (y algunos no tan niños) temen la soledad, en los primeros años de vida lo vemos claramente en los periodos de adaptación, en el momento de irse a la cama…, y en todos esos momentos que implican despedirse y “quedarse solo” sin las figuras de seguridad (hasta que la adaptación se realiza con éxito y la profesora pasa a ser también una figura de seguridad y confianza para los niños de su aula) pues bien, jugando a este juego desdramatizan la angustia que puedan sentir, y se divierten y aprenden que tras la despedida, hay un recuentro.

Así que ya sabéis, cualquier juego del niño puede ser simbólico, no solo el de los médicos, o el de los papas y bebés, y es bueno para ellos que así sea, pues el juego conlleva en sí mismo una característica importantísima que es la de expresar aquello que sucede, desde la diversión.

Recordar que el juego siempre debe ser divertido, lo suelen escoger ellos mismos, y al jugar se divierten, aprenden, expresan, crean, imaginan, imitan…
No hay nada más serio para un niño que el juego. Es más, si lo pensamos bien…. Los niños lo hacen todo jugando. 



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