domingo, 9 de octubre de 2016

ARTÍCULO DE PAULA MARÍN GARCÍA "LA DIFICULTAD DE SER PADRES"

La dificultad de ser padres:

Cuando recibes la noticia de que vas a ser madre/padre es un momento muy emocionante. No sabías que eras capaz de sentir tantas emociones juntas y a la vez, ¡que explosión!.
Ilusión, por lo que ha de venir, miedos por hacerlo bien, incertidumbre por los cambios que conlleva, alegría por esta nueva persona que llenará un espacio de tu ser, tristeza por todo aquello que quedará en el camino… y muchas emociones más.
Durante el embarazo la cabeza no para de pensar de todo tipo de pensamientos, de fantasear con todo tipo de escenarios, de imaginar cómo será, como nos organizaremos, y conforme piensas una cosa, muy posiblemente minutos después pienses la contraria, para darte cuanta una vez llegado el preciado y temido momento que nada fue como pensaste.
Y así es la realidad, llena de ambivalencia, con la dificultad y los miedos, cada padre y madre los suyos en función de sus propias historias, entremezclados con el amor y buena voluntad.
Queremos hacerlo bien, ser buenos padres y buenas madres. Pero, cabría plantearse ¿qué es ser buen padre o buena madre? Resulta que esta pregunta debe hacérsela cada quien a sí mismo, pues ser padre o madre no es algo reglado, con manual de instrucciones a lo que podamos ceñirnos, todo lo contrario, es subjetivo e implica las propias vivencias como hijos.  
No hay más que entrar a una biblioteca y revisar teorías, libros, orientaciones de lo que debe saber una persona antes de ser padre y madre… ¡qué confusión! Cada autor opina una cosa, te recomienda otra, y te censura otro tanto… Los profesionales recibimos llamadas de padres angustiados para recibir consejos en la crianza, pero no podemos darlos, pues los consejos son subjetivos, y de la persona que los da a la que los recibe hay un abismo de experiencias, situaciones, personalidades… que no permite, por suerte, llevarlos  cabo.
El afán de búsqueda por ese manual de instrucciones para hacerlo bien, de hecho, puede alejar a los padres de hacerlo “suficientemente bien”, que decía Winnicott (psicoanalista de niños, que trabajo mucho tiempo con los padres, tanto como con los niños, pues no puede ser de otro modo). Podemos hacerlo lo mejor posible, con lo que somos, y con lo que llevamos en nuestra mochila, con nuestras experiencias propias y saberes personales.
Lo único claro en crianza es que es una de las tareas más difíciles pues pone en contradicción los deseos propios, con la realidad cotidiana, con el narcisismo, con los deseos de los peques…
Hay dos pilares básicos a los que arrimarse para sujetarse en la educación de los más pequeños, dos pilares que ofrecen seguridad y confianza para poder seguir creciendo como padres y como hijos, que son la función materna y la función paterna, que ambos progenitores pueden y deben llevar a cabo, y que combinan el amor y los cuidados con los límites y las normas.
Otra cosa a tener en cuenta en la difícil tarea de ser padres es que igual que perdonamos a nuestros hijos, debemos saber perdonarnos a nosotros mismos cuando no lo hacemos como imaginábamos, o como nos gustaría, simplemente como podemos, y eso ya es mucho.
Los padres pueden meter la pata, los hijos verán así que ellos también pueden equivocarse, y que eso es sano, y produce aprendizaje y riqueza personal, en contra de lo que cotidianamente vemos que conlleva equivocarse: vergüenza, rechazo, culpa… que solo proporciona bloqueo al ser humano.
Ser padres es difícil, pero también es hermoso.
Ser padres es complicado, pero te llena de amor del bueno.
Ser padres es cansado, pero reconfortan un sinfín de experiencias.

Ser padres es un aprendizaje continuo.

PAULA MARÍN GARCÍA (TERAPEUTA INFANTIL)

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