¿Qué clase de madre eres?
Hay muchos tipos de ser madre.
Las hay que andan por la
calle cansadas, porque no duermen por las noches, las hay alocadas que
disfrutan de jugar con sus hijos a cualquier locura que se les ocurra, las hay
enfadadas por no llegar a todo, o por cualquier otro motivo, las hay estresadas
porque insisten en querer llegar a todo, aun sabiendo que eso es imposible, las
hay enamoradas de su familia, las hay protectoras de sus hijos, las hay
rellenitas de amor esperando el retoño, las hay de todo tipo, e incluso algunas
somos todas esas cosas en diferentes momentos del día.
De todas ellas, la que
más difícil lo tiene es la que trata de ser la clase de madre que no es,
tratando de ser como se espera de ella, como le aconsejan que debe ser… Claro
que los consejos ayudan, sobre todo de personas con más experiencia, pero lo más
importante a tener en cuenta es que esa persona que te aconseja desde el
corazón, también te aconseja desde su propia experiencia.
Y es que seas la madre
que seas, ya te habrás dado cuenta que el tipo de madre que eres, influye el
tipo de niña que fuiste, tu historia, la relación con tus padres, tus juegos
con muñecas… porque en esa época y a través de esos juegos ya expresaste sueños
y fantasías de como eras o serias como madre.
Dicho todo esto, os
quiero recordar la típica frase que solemos decir en escuelas de padres,
reuniones, talleres… y que es totalmente cierta: “Cada niño es único”, entonces
¿Cómo no van a serlo las madres? Ellas también son únicas. Tienen sus propias
maneras de hacer, tienen sus propias dificultades, limitaciones y
potencialidades. Unas cocinan de maravilla, otras cuentan los mejores cuentos,
otras desprenden musicalidad hasta en sus andares. ¿Es que acaso hay un único
tipo de madre?
Puede que estas
palabras, en vuestras inmensas ganas de hacerlo bien os desconcierten y asusten,
pero es bueno que haya esta diversidad, es bueno para tus hijos que seas una
persona con limitaciones y capacidades, con deseos y frustraciones, es bueno
que no haya un manual de buenos padres, y cuando te des cuenta, entonces, podrás
ser la clase de madre que ya eres.
PAULA MARÍN
Paula GRACIAS. Ayuda leerte para comprendernos mejor ante el reto diario... Las autoexigencias... Y un sin fin de premisas que no somos capaces de alcanzar ante el día a día de contrarreloj, y a veces desasosiego; "por no poder con todo de una". Gracias por aterrizarnos en la realidad pues no somos superheroinaínas, pero hay que intentar mejorarlo a cada rato, que en un sumatorio anual.... Pues igual da positivo!
ResponderEliminarUn placer Rosa. La difícil tarea de ser padres es todo un reto diario como bien dices. Un saludo Paula Marín.
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