martes, 23 de febrero de 2016

LA FAMILIA BÉLIER

¿Pueden las personas sordas comunicarse al igual que lo hacemos las personas oyentes?

Tras el visionado de la película, La Familia Bélier, recomendada por María A. Martínez Almagro, nuestra tutora de prácticas de la mención de PT en el cole, queremos hablar un poco acerca de la importancia de la voluntad de comunicación.

El motivo por el que queremos hablar acerca de este tema se debe a la falta de comprensión habitual sobre la cultura sorda, y corregir ideas erróneas como que las personas sordas no se pueden comunicar como lo hacemos las personas oyentes. Y esto no es cierto, las personas sordas sí se comunican, y lo hacen a través de la lengua de signos, ya que éste es para ellos parte de su cultura. Otra de las ideas preconcebidas, es el término “sordomudo”. Las personas sordas no son sordomudas. Éste es un término muy antiguo y peyorativo. Antiguamente se pensaba que una persona sorda no podía comunicarse. Y no es así, por lo que ya hemos dicho, estas personas se comunican mediante la lengua de signos, y dependiendo de las posibilidades de cada uno, también con la lengua oral ya que una persona sorda no tiene sus cuerdas vocales dañadas. Una persona sorda puede no hablar por varios motivos, porque no quiere, porque no ha aprendido, porque no le gusta… pero no porque no pueda.

También es importante destacar que es recomendable que las personas sordas comiencen desde edades tempranas una rehabilitación logopédica ya que así los resultados serán más y mejores. No obstante, debemos saber que los progresos varían en función de muchos factores, siendo éstos algunos de ellos: la pérdida auditiva, el uso o no de implante o audífono, las horas de rehabilitación, etc.

Además, queremos recomendaros que veáis esta película, protagonizada por una familia granjera, en la que todos sus miembros son sordos, excepto la hija, que hace de intérprete entre el resto de la gente y su familia. En ella podemos ver que se transmite la idea de que las personas sordas son capaces de hacer lo mismo que las personas oyentes. Y es que las personas sordas tienen las mismas capacidades y los mismos sueños que cualquier otra persona. Es un ejercicio de empatía situarse en el punto de vista de una persona sorda, comprender el mundo sin las superficialidades y los engaños que a menudo contiene el lenguaje oral. La expresividad del lenguaje corporal que apoya la lengua de signos les proporciona una habilidad mayor que a los oyentes en esta disciplina.

Es una película idónea para toda aquella persona que comprenda que ser sordo no es una discapacidad, sino una forma de ver la vida y como disfrutar de ella.


A veces es más importante la voluntad de querer comunicarse y transmitir algo, que la forma de expresarlo.

Puri Izquierdo 
Carlos Giménez
(Alumnos de prácticas)

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