Trabajar la inteligencia emocional, es
trabajar la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar los estados
anímicos propios y ajenos, es decir, es la capacidad de reconocer nuestros
sentimientos y los de los otros, así como también aprender a manejarlos. Por
este motivo, introducir estrategias y materiales en las aulas para el control y
el dominio de éstas es muy importante, ya que las emociones son un pilar
fundamental en la vida de las personas.
Además, es necesario para que los niños se conozcan mejor a ellos mismos
porque esto influirá en una mejor relación con los demás.
Por este motivo he realizado un
semáforo de las emociones, basándome en una de las inteligencias múltiples de
Howard Gardner, prestigioso psicólogo y pedagogo estadounidense, en concreto,
la Inteligencia intrapersonal, entendida como la capacidad de conocerse y dominarse
a sí mismo, gestionar y controlar nuestros deseos, emociones, nuestras
motivaciones, éxitos y fracasos.
El
proceso de elaboración y los materiales empleados son sencillos. Se necesita:
· Platos de cartón, que gracias a su concavidad
facilitarán el manejo del semáforo a los niños. (En su defecto se puede usar
cartón normal.)
· Fieltro en color rojo, verde, amarillo y
negro.
· Ojos móviles.
· Pistola de silicona caliente.
· Tijeras
· Aguja e hilo de coser en color amarillo,
verde y rojo.
· Pinzas de madera.
Una
vez tenemos los materiales preparados, procederemos a recortar dos círculos de
fieltro de cada color y los pegaremos, con la ayuda de la silicona caliente, a
cada uno de los tres platos. El siguiente paso es coser los bordes de fieltro de
cada uno de los platos para que el acabado quede lo más profesional posible.
Tras estos pasos hay que recortar en fieltro negro tres círculos pequeños que
se utilizarán a modo de nariz y tres bocas, una alegre, una normal y una
triste. A continuación las pegaremos, junto con los ojos móviles, en cada uno
de los platos. La cara alegre en el plato verde, la sonrisa normal en el plato
amarillo y la sonrisa triste en el plato rojo. El siguiente paso consistirá en
unir los tres platos, por detrás, con dos tiras pequeñas de fieltro, pegadas
con silicona caliente. Después pegaremos una tira de velcro adhesivo y
escribiremos el nombre de cada alumno en las pinzas de madera y, de esta forma,
ya tendremos listo nuestro semáforo de las emociones.
Proceso de elaboración
Resultado:
¿Cómo se usa el semáforo de
las emociones?
La mecánica es muy sencilla. Depositamos en una mesa todas las pinzas,
cada alumno busca su nombre y debe expresar cómo se siente. Si está contento,
si se encuentra normal o si está triste. Una vez ha explicado cómo se siente y
el motivo, pondrá su pinza en el color correspondiente a la emoción. A lo largo
del día ésta puede variar, por tanto, el alumno puede cambiar su pinza a la
emoción que más la represente.
Puri Izquierdo Salinas (Alumna en prácticas)
Puri Izquierdo Salinas (Alumna en prácticas)
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